miércoles, 27 de abril de 2022

El camino de la ética.

Considero como punto de arranque en el camino de nuestra vida a los valores, herencia invaluable que las personas más cercanas a nosotros pueden dejarnos en palabra, pero sobre todo en las acciones.

Entre los valores que la persona prefiere y el cual no puede ni debe postergar, está el de sentirse llamado a ser mejor del que se es. (Sánchez, 2021) Los valores se pueden clasificar en valores sensibles, vitales, espirituales y religiosos. He comprendido que existen los trascendentales del ser y persona, entre ellos tres valores importantes; la verdad desde la ciencia, el bien desde la ética y la belleza desde atracción y hermosa en sus acciones.

Retomando el segundo trascendental; ética, la autora Adela Cortina, menciona en su libro ¿para qué sirve realmente la ética? (Cortina, 2013)  ; la palabra ética, nacida en el término griego ethos, que indica los hábitos que las personas vamos adquiriendo para obrar bien o mal y que componen el carácter.  (Savater, 1991) De modo que ciertas cosas nos convienen y a lo que nos conviene, solemos llamarlo “bueno” porque nos sienta bien; otras, en cambio, nos sientan pero  que  muy  mal  y a  todo  eso  lo  llamamos “malo” Saber lo que nos conviene, es  decir:  distinguir  entre  lo  bueno  y  lo  malo, es  un  conocimiento  que  todos  intentamos  adquirir.

Continuando por el camino de la ética, nos encontramos la palabra libertad; (Savater, 1991) No  somos  libres  de  elegir  lo  que  nos  pasa, pero si nuestra voluntad y con ello el conocernos a nosotros mismos y a nuestro contexto. a diferencia de otros seres, los hombres podemos inventar y elegir en parte nuestra forma de vida. Podemos optar por lo que nos parece bueno, es decir, conveniente para nosotros, frente a lo que nos parece malo e inconveniente. Y como  podemos  inventar  y  elegir, podemos  equivocarnos, de  modo  que  parece  prudente  fijarnos  bien  en  lo  que  hacemos  y  procurar  adquirir  un  cierto  saber  vivir  que  nos  permita  acertar.  A  ese saber vivir, o arte de vivir si prefieres, es a lo que llaman ética.

Por su parte la palabra moral, procede del término latino mos-moris, que significa carácter, costumbres, usos, pero también el lugar donde se vive. Los seres humanos vivimos de nuestras costumbres y en ellas, en los hábitos que nos vamos forjando día a día, en el carácter que se viene configurando desde esos hábitos, quien se vaya labrando un buen carácter, aumentará la probabilidad de lograr una vida buena. (Cortina, 2013).

En lo que hace al carácter, los éticos griegos desde Heráclito a Séneca, pasando por Sócrates, Platón o Aristóteles, entendieron que la tarea más importante de las personas consiste en labrarse un buen carácter, que aumente las probabilidades de ser feliz en vez de aumentar la probabilidad de ser desgraciado, puede convertirse, como decía Séneca en “artesano de su propia vida”, las personas si podemos cambiar, por eso tiene sentido la ética, porque nacemos con un temperamento que no hemos elegido y en un medio social que tampoco estuvo en nuestras manos aceptar o rechazar, pero a partir de él vamos tomando decisiones que refuerzan unas predisposiciones u otras, generando buenos hábitos que reciben el nombre de virtudes, y malos hábitos que reciben el nombre de vicios. (Cortina, 2013).

Dentro de la moral, el individuo hace lo que le indican los códigos, quien rompe las normas se convierte en una personal inmoral, y es que para tener realmente una convivencia en muchos de nuestros contextos diarios necesitamos normas sociales, de convivencia, en nuestro trabajo, en nuestra vida cotidiana, en el hogar, vialidad, y en general como ciudadanos, siendo estos códigos eje central en nuestra convivencia humana.

Como menciono al inicio del presente texto y en relación con la axiología, el arranque de un caminar sólido son los valores, reflejando en nuestras acciones como puede ser el respeto, la solidaridad, la honestidad, justicia, libertad, lealtad.

Considero que las emociones son esenciales conocerlas desde pequeños y culturalmente se está logrando cada vez un poco más, creo que todos desde nuestras trincheras podemos aportar al de junto con nuestras acciones y valores. Las emociones impactan en nuestro diario vivir y es importante mencionar que tienen tres funciones principales: adaptativa, social y motivacional, desde mi punto de vista la función adaptativa sería la primordial ya que consiste en preparar al organismo para que ejecute eficazmente la conducta exigida por las condiciones del entorno, de acuerdo con un estímulo nuestro organismo se va a preparar para realizar una acción que corresponda a la emoción generada por determinada exigencia.

 Por mencionar algunos ejemplos prácticos y que todos hemos estado expuestos, desde nuestra profesión el ser éticos, reflexionando en nuestras acciones humanas, en como ejercemos y que nuestra práctica sea desde la honestidad.

Otro ejemplo puede ser solidarios con nuestros semejantes, ofrecer ayuda o trabajo en la medida de nuestras posibilidades a personas que incluso pueden ser nuestros amigos, vecinos o personas que pasan vendiendo casa por casa, un vaso de agua, algo de comida o trabajo para que desde el amor podamos generar cambio, incluso practicar el anonimato en nuestros actos de servicio.

Sin duda el ejemplo que me parece de los más complejos es la tolerancia, pues existen conductas u opiniones humanas que no van con nuestros propios valores y aunque no podamos estar de acuerdo en ciertos comentarios, es difícil pero importante practicar la tolerancia, pues todos necesitamos exponer nuestro punto de vista y opinión en diferentes temas. La prudencia es la mediación que permite centrar a la persona. No se puede ser valiente en todos los momentos de la vida, ni compasivo en cualquier situación, sino que la prudencia indica los momentos indicados para serlo o no serlo. (Chávez A, 2018)

Para cerrar las presentes líneas de el camino de la ética, las virtudes son las cualidades positivas que reconocemos en nuestros semejantes. (Chávez A, 2018). Como menciona (Sánchez, 2021), en el libro Educación, persona y empatía, La educación en virtudes es, por consiguiente, necesaria para propiciar el crecimiento de la persona humana, aunque sea esta última quien deba tomar la decisión sobre los senderos que puede o no seguir porque ya hemos dicho que la persona es causa de sí misma; que el ser humano crea su destino y se constituye a partir de sus cualidades, sus disposiciones, costumbres  y habitualidades.

Bibliografía:

Cortina, A. (2013). ¿Para que sirve realmente la ética? Barcelona, España: Paidós.

Sánchez R. (2021). Educación, Persona y Empatía. Bogotá, Colombia.: aula de humanidades.

Savater, F. (1991). De que va la ética. En Ética para Amador (p.1-18). España: Ariel.

Chávez Arellano, M. E. & Piña Osorio, J. M. (2018). Ética 1. Grupo Editorial Patria.  

 


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