El camino de la ética.
Considero como punto de arranque en el
camino de nuestra vida a los valores, herencia invaluable que las personas más
cercanas a nosotros pueden dejarnos en palabra, pero sobre todo en las acciones.
Entre los valores que la persona
prefiere y el cual no puede ni debe postergar, está el de sentirse llamado a
ser mejor del que se es.
Retomando el segundo trascendental; ética,
la autora Adela Cortina, menciona en su libro ¿para qué sirve realmente la
ética?
Continuando por el camino de la ética, nos encontramos
la palabra libertad;
Por su parte la palabra moral, procede
del término latino mos-moris, que significa carácter, costumbres, usos, pero
también el lugar donde se vive. Los seres humanos vivimos de nuestras
costumbres y en ellas, en los hábitos que nos vamos forjando día a día, en el
carácter que se viene configurando desde esos hábitos, quien se vaya labrando
un buen carácter, aumentará la probabilidad de lograr una vida buena.
En lo que hace al carácter, los éticos
griegos desde Heráclito a Séneca, pasando por Sócrates, Platón o Aristóteles,
entendieron que la tarea más importante de las personas consiste en labrarse un
buen carácter, que aumente las probabilidades de ser feliz en vez de aumentar
la probabilidad de ser desgraciado, puede convertirse, como decía Séneca en
“artesano de su propia vida”, las personas si podemos cambiar, por eso tiene sentido
la ética, porque nacemos con un temperamento que no hemos elegido y en un medio
social que tampoco estuvo en nuestras manos aceptar o rechazar, pero a partir
de él vamos tomando decisiones que refuerzan unas predisposiciones u otras,
generando buenos hábitos que reciben el nombre de virtudes, y malos hábitos que
reciben el nombre de vicios.
Dentro de la moral, el individuo hace lo que le indican los códigos, quien rompe las normas se convierte en una personal inmoral, y es que para tener realmente una convivencia en muchos de nuestros contextos diarios necesitamos normas sociales, de convivencia, en nuestro trabajo, en nuestra vida cotidiana, en el hogar, vialidad, y en general como ciudadanos, siendo estos códigos eje central en nuestra convivencia humana.
Como menciono al inicio del presente texto y en relación con la axiología, el arranque de un caminar sólido son los valores, reflejando en nuestras acciones como puede ser el respeto, la solidaridad, la honestidad, justicia, libertad, lealtad.
Considero que las emociones son esenciales conocerlas desde pequeños y culturalmente se está logrando cada vez un poco más, creo que todos desde nuestras trincheras podemos aportar al de junto con nuestras acciones y valores. Las emociones impactan en nuestro diario vivir y es importante mencionar que tienen tres funciones principales: adaptativa, social y motivacional, desde mi punto de vista la función adaptativa sería la primordial ya que consiste en preparar al organismo para que ejecute eficazmente la conducta exigida por las condiciones del entorno, de acuerdo con un estímulo nuestro organismo se va a preparar para realizar una acción que corresponda a la emoción generada por determinada exigencia.
Otro ejemplo puede ser solidarios con nuestros semejantes, ofrecer ayuda o trabajo en la medida de nuestras posibilidades a personas que incluso pueden ser nuestros amigos, vecinos o personas que pasan vendiendo casa por casa, un vaso de agua, algo de comida o trabajo para que desde el amor podamos generar cambio, incluso practicar el anonimato en nuestros actos de servicio.
Sin duda el ejemplo que me parece de los
más complejos es la tolerancia, pues existen conductas u opiniones humanas que no
van con nuestros propios valores y aunque no podamos estar de acuerdo en ciertos
comentarios, es difícil pero importante practicar la tolerancia, pues todos necesitamos
exponer nuestro punto de vista y opinión en diferentes temas. La prudencia es
la mediación que permite centrar a la persona. No se puede ser valiente en
todos los momentos de la vida, ni compasivo en cualquier situación, sino que la
prudencia indica los momentos indicados para serlo o no serlo.
Para cerrar las presentes líneas de el
camino de la ética, las virtudes son las cualidades positivas que reconocemos
en nuestros semejantes.
Bibliografía:
Cortina, A. (2013). ¿Para que sirve
realmente la ética? Barcelona, España: Paidós.
Sánchez R. (2021). Educación, Persona
y Empatía. Bogotá, Colombia.: aula de humanidades.
Savater, F. (1991). De que va la ética.
En Ética para Amador (p.1-18). España: Ariel.
Chávez Arellano, M. E. & Piña Osorio, J. M. (2018). Ética 1. Grupo Editorial Patria.